1. Cuando sea grande
Elsa Bornemann
"A Qué vas a ser cuando seas grande?", me pregunta todo el mundo. Y aparte de
contestarles: "Astrónomo" (o" colectivero del espacio"…, porque nunca se sabe…),
tengo ganas de agregar otra verdad: "Cuando sea grande voy a tratar de no
olvidarme de que una vez fui chico. "
Recuerdo que –cuando aún concurría al jardín de infantes–mi tía Ona me contó un
cuento de gigantes. Después me mostró una lámina en la que aparecían tres y me
dijo:
–Los gigantes sólo existen en los libros de cuentos.
–¡No es cierto! –grité– ¡El mundo está lleno de gigantes!
¡Para los nenes como yo, todas las personas mayores son gigantes!
A mi papá le llego hasta las rodillas. Tiene que
alzarme a upa para que yo pueda ver el color de sus
ojos… Mi mamá se agacha para que yo le dé un beso
en la mejilla… En un zapato de mi abuelo me caben
los dos pies…
¡Y todavía sobra lugar para los pies de mi hermanita!
Además, yo vivo en una casa hecha para gigantes: si
me paro junto a la mesa de la sala, la tabla me tapa
la nariz…
Para sentarme en una silla de la cocina debo treparme como un mono, y una vez
sentado, necesito dos almohadones debajo de la cola para comer cómodamente.
No puedo encender la luz en ningún cuarto, porque no alcanzo los interruptores. Ni
siquiera puedo tocar el timbre de entrada. Y por más que me ponga de puntillas, ¡no
veo mi cara en el espejo del baño!
2. Por eso,¡cómo me gusta cuando mi papi me lleva
montado sobre sus hombros! ¡Hasta puedo arrancar
ramitas de los árboles con sólo estirar el brazo!
Por eso, ¡cómo me gustaba ir al jardín de infantes!
Allí hay mesas, sillas, armarios, construidos
especialmente para los nenes.
Las mesas son "mesitas"; las sillas son "sillitas"; los
armarios son "armaritos"…
¡Hasta los cubiertos son pequeños y mis manos
pueden manejarlos fácilmente! También hay una casita edificada de acuerdo con
nuestro tamaño. Si me subo a un banco, ¡puedo tocar el techo!
Sí. Ya sé que también yo voy a ser un gigante:
cuando crezca.
¡Pero falta tanto tiempo!
Entre tanto, quiero que las personas mayores se den
cuenta de que hoy soy chico, chiquito, chiquitito.
¡Chico, chiquito, chiquitito, en un mundo tan grande!
De gigantes. Hecho por gigantes.
Y para gigantes.
3. Elsa Bornemann ació el 20 de febrero de 1952, en Capital Federal. Es Profesora en
Letras y Maestra Normal Nacional.
Algunas de sus obras son: Tinke-Tinke; Un elefante ocupa mucho espacio; La edad
del pavo; El libro de los chicos enamorados; Queridos monstruos; Los
desmaravilladores; Disparatario; Los Grendelines; Sol de noche; Corazonadas; No
hagan olas; Socorro diez; El Último mago; Lisa de los paraguas; No somos
irrompibles; ¡Socorro!; El niño envuelto.
Entre los premios y distinciones que obtuvo figuran: Faja de Honor de la Sociedad
Argentina de Escritores, 1972; Premio San Francisco de Asís 1977; Premio "Alicia
Moreau de Justo", 1985; Mención Especial en el Premio Nacional de Literatura
Infantil, 1986; Cuadro de Honor del Premio Internacional "Hans Christian
Andersen", Suiza, 1976; Premio Konex de Platino 1994.
El Derecho de los niños y las niñas al que hace referencia el
cuento "Cuando sea grande" no está escrito en la Convención.
Creemos que es importante aclararte que en la Convención se
redactaron sólo algunos derechos, los que se consideraron más
urgentes, como por ejemplo, que cuiden de tu salud, que
garanticen tu alimentación, que te brinden una educación
adecuada, que no te maltraten, etcétera.
Pero hay muchos otros temas que también son importantes y no
aparecen escritos en la Convención, como por ejemplo, el derecho
a que la ciudad o el pueblo en donde vivís esté pensado para que
todos los chicos y las chicas puedan moverse libremente, lo que
los ayudará a crecer más libres.
De eso se habla en este cuento